La historia de la sidra asturiana
En cuanto al mosto de manzana, tenemos que remontarnos a la antigüedad prehistórica, el de la sidra tuvo que ser posterior ya que las manzanas, en aquella época no tenía el azúcar suficiente para que el mosto fuera utilizado en la producción de bebidas fermentadas.
Hay algunos autores que aseguran que la sidra ya era conocida entre los griegos, los hebreos y los egipcios. Esto son suposiciones, ya que no existen documentos que así lo demuestren a no ser en base a los escritos de algunos autores latinos.
El pasado de la sidra en Asturias
La sidra era muy conocida en la península ibérica desde tiempos muy antiguos. Ya en la Alta Edad Media, concretamente entre los siglos VIII y IX se disponen de muchos documentos en los que se hace referencia tanto a la sidra como a las pomaradas:
- En el acta de fundación del monasterio de San Vicente, el día 25.11.781, ya se nombran los pomares que acompañan a la fundación. Esta acta, posteriormente, daría origen a la ciudad de Oviedo.
- En los testamentos del Obispo de Braga en el año 863 y en el de Fakilo, sobre el 793, si hicieron referencia a las pomaradas que ambos donan en Asturias.
- Nonnina, con heredad en la villa de Pando, el 26 de mayo de 950 dona la villa a cambio de una manta, una capa, granos, carne y sidra.
- Una hija bastarda de Alfonso VII manda que se proporcione a los canónigos de Oviedo sidra en abundancia por motivo de un aniversario.
Del término “sizra” al término sidra
Existía una bebida popular denominada sicer en la época visigótica que se podría acercar a la versión moderna.
El término sidra (manifiesto de su antigua aceptación, sizra) aparece en la literatura castellana por primera vez en una obra de Gonzalo de Berceo escrita en el sigo XIII, “Vida de Santo Domingo de Silos”.
Es bastante probable que Berceo a refiriera ya es sus partidas a una bebida muy parecida a la sidra asturiana, pero en documentos bíblicos, anteriores a este, englobarían en el término sidra otros tipos de bebidas fermentadas.
En el siglo XIV, ya existen los primeros documentos de real importancia sobre la sidra y sus principales efectos. Es en el siglo VIII cuando parece estar probado que la sidra asturiana ya era conocida y consumida en la región.
Durante los siglos XII y XIII, en la Baja Edad Media, la explotación de los manzanos se convirtió en la mayor riqueza arborícola de Asturias.
La expansión del manzano
La subida del precio de la sidra favoreció la expansión del manzano. De forma simultánea, la recién creada Sociedad de Amigos del País de Asturias tuvo un papel destacado, dando a conocer a los campesinos nuevos métodos para el cultivo.
Esto se hizo latente en Villaviciosa, donde más de 6000 pipas de sidra se cosechaba, una cantidad para la que fueron decisivos los consejos que se dieron desde la parroquia de San Juan de Amandi.
Ya en el siglo XVIII, el consumo de la sidra asturiana se dispara gracias, en gran medida al resurgir de la economía asturiana.
En el siglo XIX ya se empezaron a elaborar otros productos como el coñac, el vinagre o la famosa y conocida sidra achampanada.
Es importante observar cómo la sidra asturiana ya se había convertido en una bebida con una implantación popular y social muy fuerte. Esto no haría más que aumentar, a modo de ejemplo tenemos el afianzamiento desde comienzos del XIX de las tan conocidas espichas en nuestra tierra.
Podemos asegurar que es en el siglo XX cuando el consumo de la sidra asturiana de consolida.